Los días de verano en el campo han traído a las amigas de mi hija para disfrutar un par de días con su noche. ¡Que sin fiesta de pijamas no es lo mismo! ;)
Pues resulta que una de las jovenzuelas trajo consigo un amiguito de trapo chulísimo, un tal Fofo que nos robó el corazón a todas. Y, aquí una, que no es obsesiva ni nada (qué va!!), no pudo parar hasta coser un monstruito con la tela reciclada de una camiseta vieja (el pobre bicho tendrá que pasar por el quirófano de mi máquina de coser, porque la tela estaba bastante más pasada de lo que parecía y le salen agujeros en las puntadas).